Para los innumerables artistas que han intentado captarlo en un lienzo o tallarlo en piedra, Jesús no tiene un rostro único. Los primitivos cristianos, que se basaron en las figuras y temas del arte clásico, lo muestran como un simple pastor, joven, lampiño; muy parecido a los dioses del mundo grecorromano. Probablemente buscaban con esto camuflar los símbolos de una religión perseguida o simplemente se valían de laúnica tradición que conocían para retratar dioses. Con el paso del tiempo, una vez reconocido el cristianismo (IV d.C.), la pintura sacra adquiere un importante papel evangelizador, y a los espontáneos frescos de fieles artesanos, les suceden elaboradas obras encargadas por la Iglesia, que no escatimó en dictar reglas muy severas sobre la representación de Cristo.
Pero "el arte" de pintores y escultores definitivamente logró imponerse y, a lo largo de casi dos mil años, reinterpretaron la tradición, e incluso las reliquias que como el discutido manto de Turín, parecían sellar la discusión sobre cómo debía ser el cuerpo y el rostro de Cristo. Así, Jes´su es atlético en Rubens, intensamente dramático en Tintoretto...