Ha saltado la alarma social al descubrirse entre la juventud española un crónico analfabetismo religioso propiciado por el propio sistema educativo. Los jóvenes no saben de Adán y Eva y así no hay manera de que comprendan la grandeza de La Creación pintada por Miguel Ángel en La Capilla Sixtina; no conocen la liturgia de difuntos y por eso no pueden estremecerse con el Requiem de Bizet; no han leído el evangelio de Lucas y nada les dice el Oratorio de Navidad de Bach: no les han contado la Historia Sagrada y así no hay manera de leer el libro abierto que son las catedrales medievales; no pueden descifrar la estremecedora Leyenda del Gran Inquisidor, de Dostoievski, porque nadie les ha presentado al Nazareno.
Lo que preocupa no es la descristianización del país, sino la deshumanización de las nuevas generaciones.
miércoles, 29 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
Pórtico de la Gloria
El espléndido conjunto escultórico del Pórtico de la Gloria ha hecho olvidar con frecuencia sus valores arquitectónicos, a pesar de la innovación de soluciones que supone. Su estructura, como resaltó Lamben, tiene mucho de francesa, y en especial de Vézelay, aunque es evidentemente una obra única que supera a todas las contemporáneas.
El pórtico, completado con la desaparecida fachada occidental, se ciñe a la ordenación arquitectónica marcada por las naves catedralicias. De aquí sus tres arcos, de los que el central se divide en dos huecos por un parteluz, elemento desconocido hasta entonces por la arquitectura gallega, y que permite la colocación del gigantesco tímpano. En sus dinteles se ha grabado el epígrafe que conmemora su colocación el primero de abril del año 1188. Entre los arcos y sirviéndoles de soporte, se desarrollan unos grandes pilares con columnas de fustes a veces decorados, sobre cuyos capiteles se alzan las magníficas estatuas columnas, también de nueva utilización. Los basamentos, con animales y figuras humanas, que los agarran o combaten con ellos, son de "influencia italiana y de vigorosa originalidad" en frase del profesor Pita.
Este espacio plástico, habitado por las imágenes, más que decorado se ha estudiado fundamentalmente por ellas y por su mensaje. Lo más sobresaliente es, como escribió Azcárate, "el carácter protogótico que lleva al triunfo del naturalismo idealizado y eficaz influencia que le lleva a romper los moldes y limitaciones de la estatuaria románica".
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